Las maravillas de la economía brasileña: cuando no hay suficiente petróleo, se puede cultivar combustible en el campo

Brasil, por desgracia, no tiene suficientes reservas de hidrocarburos que satisfagan las necesidades de su economía. Alrededor de la mitad del volumen total de petróleo para la producción de combustible que el país se ve obligado a importar. Pero las condiciones ambientales favorables permitieron a Brasil resolver este problema de otra manera: el país mismo produce combustible para automóviles e incluso centrales eléctricas, pero no a partir de hidrocarburos, sino a partir de caña de azúcar.

La práctica de producir combustible a partir de materiales vegetales se usa ampliamente en aquellos países del mundo que no tienen suficientes reservas de sus combustibles fósiles y que poseen las tecnologías necesarias para su producción alternativa. Es biocombustible, y su variedad más común es el bioetanol, que se mezcla en varias proporciones con la gasolina tradicional y se utiliza para repostar automóviles. El bioetanol se puede obtener de varios tipos de plantas y desechos agrícolas, y los líderes en su producción son dos países: Brasil y Estados Unidos. Además, la producción más eficiente de bioetanol en este momento existe precisamente en Brasil, donde está hecho de caña de azúcar, y el costo y el precio de dicho combustible son más bajos que en los Estados Unidos y los países de la UE. La gran mayoría de los automóviles de pasajeros brasileños, aproximadamente el 80%, usa una mezcla de gasolina y bioetanol como combustible, y algunos de ellos, los llamados automóviles FFV (vehículos de combustible flexible) pueden viajar con combustible que consiste en un 95% de bioetanol puro. Según las estadísticas, el etanol producido a partir de plantas cubre aproximadamente el 30% del mercado total de combustibles en Brasil.

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